Entre pierna escurre,

líquidos todos acuosos,

tanto como lubrica al sexo

y lo torna placentero.

-Erección, su elevación-

 

Rígido:

Tanto como el bronce penetra,

se estremece cada parte del cuerpo,

se contonea, se comprime, se libera;

le agita, le excita.

– ¿Quién acompaña el fin de lo escrito he imaginado? –

 

Con diligencia se toca,

tan pronto como escurre:

blanco, liquido e infinito,

pues en ocasiones,

 en la vida trasciende,

a sucesión incoa.

Saciar la deshidratación,

tan repentino como estalla,

y los nudillos se tornan maraña,

encoge que comprime placentero,

todo lo que la materia de la esencia reviste.

 

-Respuesta: Se dirige la obra, con guion en mano, él a la hermenéutica asiste, pues todo lo interpreta, tan es así que sólido figura-

Palabras:

 

El vacío crepita,

mas el tono lo contextualiza,

a letra se seduce,

 se agita: de abajo hacia arriba,

de arriba hacia abajo,

palma sedosa, anda,

sedosa te toca, roza.

 

-Suspira, gime-

 

Segundos de exhibición,

se expone que se pone,

a la luz todo lo que la pasión dicta.

 

Pechos firmes,

aclaran la sensación

que de la circunstancia deriva.

Húmedas cavidades,

a flor la piel y se enchina,

labios lúbricos, de pronto

se estimula, sensación, tacto,

los rebordes se muerden,

al final, todo ello lo rectifica.

-«Amor»-

 

Sólo la ilusión que se produce,

aquella que el objeto conduce,

aquel que el fetichista idealiza

 y de pronto

lo materializa, a cuerpo,

de esencia no precisa.

-«Trascendencia»-

Tanto como los segundos se tornan horas,

y la sabana sin urgencia se convoca,

mas a percepción todo se amolda.

 

P.A.U.