Enséñame cómo aman los amantes inquietos,
aquellos que se asoman tras la timidez,
aquellos a los que es imposible negarles un beso.
Enséñame cómo amar a un corazón tierno,
de esos que tienen leve palpitar,
de esos que es inevitable tocar con el alma.
Enséñame a ser sutil
para no apagar esa luz
que emanas desde tu obscuridad.
Enséñame a caminar sigilosamente
por los caminos que tú vas
sin que te enteres que voy detrás.
Enséñame a escucharte,
enséñame a decir adiós cada día
sin sentir que no puedo vivir sin verte.
Enséñame qué tienen tus manos,
que poseen la habilidad de encantar a mi piel
y dominan a los soldados de mi mente.
Enséñame a no insistir,
enséñame a no desesperar,
enséñame a desafiar al tiempo,
enséñame a besar al viento.
M.A.Z.