Quédate quieta en la arena sirena,
en donde el mar no te pueda llevar,
donde puedas admirar a los que pueden andar.
Quédate quieta en la orilla, niña,
observa como el sol se esconde tras el mar,
mira como dentro del agua brillan las estrellas
que se desaparecen al quererlas tocar.
De pronto abajo se vuelve arriba
y puedes en la obscuridad
disfrutar de la inmensidad;
lunas y estrellas flotando en el mar.
Tú dentro y fuera puedes estar
cantas y enamoras,
no necesitas andar,
tú puedes entre la inmensidad volar.
M.A.Z.