Hoy en día las ciudades sufren una saturación del llamado “Arte Urbano”. Expresiones como las del Graffiti y el Stencil han ganado un lugar en las galerías más prestigiosas del mundo. Observarlas en las calles se ha convertido en algo sumamente cotidiano, y cada vez más artistas incorporan estas técnicas en sus trabajos. La expresión callejera ya no parece tan radical como hace 40 años. Pero en plena efervescencia del Graffiti era extraño que un fotógrafo se interesara por aquello que en aquel momento casi nadie parecía comprender.
Jon Naar es el tipo de fotógrafo que encuentra la bellaza en donde no todos la ven. Una ventana rota, un letrero de advertencia en alguna calle francesa, ó una pared saturada de anuncios, son lo que Naar necesita para expresarse. Admirador de Brassai y heredero de aquello que el extravagante fotógrafo francés Bill Brandt dijera acerca de que el fotógrafo debe siempre mirar el mundo como un niño que recién abre los ojos y nunca perder la capacidad de asombro, Naar mostró gran interés por las cosas comunes de las calles, y el fenómeno del Graffiti que comenzaba a explotar en la ciudad de Nueva York en los años setentas lo cautivo por completo. Es en 1974 cuando el periodista y escritor Norman Mailer le pide imagenes para ilustrar el libro que lo convierte en un fotógrafo de verdadero culto: “The Faith Of Graffiti”, trabajo considerado como La Biblia del Graffiti por ser el primer registro visual de la historia sobre esta nueva manifestación artística. Gracias a esta publicación comenzó lo que sería la construcción del estereotipo de los suburbios de Nueva York y del paisaje urbano actual. Aunque en la cinta “The Warriors” dirigida por Walter Hill en 1974, vemos una ciudad azotada por bandas que utilizan el Graffiti para marcar territorios y más tarde, en la década de los ochentas, el extraordinario fotógrafo miembro de la mítica agencia “Mágnum” Bruce Davidson mostraría la atmósfera típica Newyorkina en su serie “Subway”.
No cabe duda que es Naar quien abre las puertas y provoca la expansión del Graffiti hacía otras disciplinas, pues su trabajo no se limito únicamente al libro “The Faith Of Graffiti” si no que también su colaboración fue de vital importancia para la realización de “Subway Art” (libro fundamental para comprender la cultura del Hip Hop) publicado en 1984 por la escritora Martha Cooper y el fotógrafo Henry Chalfant. Con el tiempo el tema del Graffiti tendría mucho más alcance, se comenzarían a producir documentales como “Style Wars” del mismo Chaflant y la emblemática Wild Style; película de ficción muy inspirada en las fotografías de Jon Naar. Pero tampoco hay que olvidar que antes de Naar nadie se había interesado demasiado por el fenómeno, es en Diciembre del 72 cuando el fotógrafo comienza a documentar lo que estaba apareciendo en las paredes y los trenes de Nueva York, convirtiéndose oficialmente en el pionero de la foto de Graffiti. La importancia de aquellas fotos publicadas en el ensayo de Norman Mailer radica en la manera en que Naar supo integrar al fenómeno emergente de la sociedad Nuyorkina con el paisaje mismo de la ciudad. En ellas vemos solamente calles con paredes saturadas de Graffitis, pero en ocasiones nos muestra a las personas paseando por estas calles, siendo parte de esa modificación del paisaje urbano. Una de las fotos que ilustra a la perfección esto, es aquella en la que en primer plano aparece una barda completamente pintada con “ Tags” y en el segundo plano observamos a un grupo de personas patinando en una pista de hielo.
Naar no se preocupa solo por documentar la reciente expresión callejera, si no también por situarnos en un contexto de tiempo y espacio. La foto nos dice que es uno de esos inviernos típicos Nuyorkinos. Otro ejemplo bastante relevante es aquella imagen que nos muestra a un grupo de adolescentes en las escaleras de una estación de metro, mostrando sus bocetos de Graffitis hechos en hojas de papel, documentando a si también el creciente interés por la juventud de los barrios marginales en el Graffiti . Tomando en cuenta estos ejemplos podríamos aventurarnos a hablar de la mirada de Jon Naar como una mirada antropológica sobre el fenómeno del Graffiti y no solo meramente artística. El paisaje que le interesa a Naar es aquel modificado por el propio hombre, ese que delata la presencia de la civilización por encima de la naturaleza.
Ahora hablemos un poco sobre Naar y su relación con la imagen. Su historia con la fotografía fija comienza hasta los 30 años, pero durante su infancia en Inglaterra pasa los días haciendo películas caseras con una super 8. Retomo la imagen como expresión artística después de haber incursionado en la industria farmacéutica y de haber sido mayor de los Servicios Secretos Británicos y de Operaciones Especiales de la inteligencia Británica durante la Segunda Guerra Mundial. Es hasta 1955 cuando tiene la necesidad, como el mismo lo define, de documentar lo que ocurría a su alrededor en la ciudad de Nueva York, ciudad en la que comenzó a radicar y de la cual observo los cambios durante los siguientes 20 años. Ya para la década de los 70 Jon Naar tenía alrededor de 50 años, llama la atención que el halla encontrado en la expresión callejera lo que ni siquiera los artistas más jóvenes y vanguardistas de la época encontraron (salvo algunas contadas excepciones). Aquí podríamos regresar a la frase de Bill Brandt para comprender la visión de Naar, esa visión de alguien que tomo la fotografía como pretexto para encontrar cosas en lo aparentemente irrelevante. Tal vez eso tenga que ver con sus inicios relativamente tardíos dentro de la foto fija.
Son las imágenes del libro “The Faith Of Graffiti” las que convierten a Jon Naar en el fotógrafo del graffiti por excelencia, pero su trabajo no se limita únicamente a esto. Jon Naar es un destacado fotógrafo de arquitectura, (en su sitio web se pueden apreciar un par de fotos de la casa del arquitecto mexicano Luis Barragán) y retrato a grandes personalidades del arte como; Andy Warhol. Sin embargo podemos encontrar que Naar es desde luego un magnifico fotógrafo de paisajes urbanos, es en este rubro donde explota al máximo su talento y lo conjuga con su pasión por hacer fotografía libremente. Entre las ciudades que a fotografiado con gran virtuosismo se encuentra la de México de la cual se desprendió la exhibición “El Ojo de un Extranjero” montada en 1963. Sus obras se han expuesto en Francia y algunas de sus fotos pertenecen al Museo de Arte Moderno de Nueva York. Actualmente tiene 93 años y vive en la ciudad de Neuva Jersey, continua haciendo fotos esporádicamente de la manera como lo ha hecho siempre; de forma análoga, en formato de 35 mm y en formato medio. En 2007 se publico “The Birth of Graffiti” libro que recopila 155 imágenes, algunas pertenecientes al ensayo de Norman Mailer; y en 2006 su trabajo fue expuesto en el Jan Cunen Museum de los Paises Bajos, dicha exposición rompió el record de asistencia a una exposición, logrando mas de 15.000 visitas. Los últimos años los ha dedicado a la escritura de su autobiografía “ El Hombre de las nueve vidas” que hasta la fecha parece no se ha publicado.
Muchos pueden pensar que el Graffiti no es arte y que representa un problema serió para las ciudades pero definitivamente no podemos negar la gran influencia que sus fotos tuvieron para la aceptación del Graffiti dentro de la disciplina de las artes, el trabajo de Jon Naar es sin duda una muestra de que las grandes ciudades tienen grandes imágenes que no podemos ignorar.
Para mirar sus fotos su sitio es bastante recomendable. www.jonaar.com