Nos tienen miedo porque no tenemos miedo

Bety Cariño

 

Previo al 2 de octubre, me tocó escuchar y leer en redes sociales, y peor aún, en columnas de opinión de medios, personas que insinuaban, clamaban o incluso exigían una repetición del 68, en un desesperado (y estúpido) grito por liberar la capital mexicana de las múltiples protestas recientes. Estas personas, me parece, no comprendían la magnitud de sus palabras, no se daban cuenta que con ello legitimaban no sólo el uso indebido de la fuerza pública, sino la represión en todas sus formas, llegando incluso al grado de repetir esa sucia y ruin práctica del priismo: inserción de grupos provocadores en las manifestaciones. Por otro lado, las formas de desarticulación de la lucha más recurrentes en los últimos días, han sido las detenciones arbitrarias y el nulo respeto al debido proceso.

En estos días, mucho se ha hablado de los anarquistas, en un nuevo intento rastrero de parte del Gobierno del Distrito Federal por dividir y crear conflictos al interior de los bloques de resistencia. Desde luego, no se trata de justificar las acciones violentas e incendiarias de estxs muchachxs, pero, ¡vamos! si fuéramos objetivos y conscientes de las realidades en nuestro país, entonces comprenderíamos que hay acciones más violentas que romper el vidrio de una tienda de conveniencia, y los medios de difusión no se rasgan las vestiduras en torno a ello (en este sentido, vale la pena echarle una ojeada al comunicado emitido por la Coordinadora de las Sombras). No se trata tampoco de dividirnos o argumentar cuántos salieron heridxs, manifestantes y policías por igual, todxs estamos inmersxs en este sistema opresor; y sin embargo, no deja de resultar triste y desesperanzador que las fuerzas policíacas de este país aún no comprendan que son la carne de cañón del gobierno, que son elementos sustituibles, que son un número más.

Mientras tanto, nuestro H. presidente habla en Indonesia del clima plural democrático en México, de las esperadas resistencias del pueblo mexicano frente a sus reformas  hacendaria y educativa (y las que vengan…) y afirma que las reformas pasarán. Se pase encima de quien se tenga que pasar.

 

¿Qué nos dice la efervescencia en el Distrito Federal?

Lxs mexicanxs empezamos a cansarnos. Y cada vez somos más. Estamos cansadxs de la precarización de la población mexicana, de los despojos de tierras y territorios sagrados, cansadxs de tanta violencia y corrupción, de más impuestos y funcionarios públicos con sueldos más altos, hartxs de la burla que significa nuestro sistema electoral y, por tanto, nuestra democracia. Hartxs del número creciente de feminicidios, de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y violaciones a los derechos humanos; cansadxs de los recortes a la educación pública y el golpeteo contra los sectores en resistencia. Estamos cansadxs de la impunidad, de la justicia que se compra y vende al mejor postor. 

Solicitar al gobierno la repetición del 68, significa, para mí, dos cosas:

  1. Nula conciencia de la memoria histórica de este país. (Y aquí cabe perfecto la famosa frase de Bertol Brecht: Un pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla. ¿No recuerdan lo que hicieron a estudiantes, periodistas y sociedad civil aquélla tarde de 2 de octubre? ¿No vislumbran lo que un acto así dice de nuestro gobierno? 
  2. Apología de la violencia. Pensar en repetir el 68 nos habla de la sociedad psicológicamente enferma que somos. No es sano pensar en reproducir uno de los eventos más tristes, crueles, absurdos y autoritarios de nuestra época.

El sistema seguirá logrando pequeñas grandes victorias mientras siga teniendo un arma tan eficaz, tan globalmente eficaz, la atomización de la sociedad.

Salir a las calles significa que no estamos de acuerdo con lo que la clase gobernante está haciendo con este país -y con nosotros-; salir a las calles a manifestarse es sano, democrático y catártico. Tenemos derecho a salir a las calles: este gobierno no nos gusta y tenemos derecho a gritarlo; pero también debemos exigir al gobierno las condiciones adecuadas para marchar, ¡alto a la criminalización de la protesta!

 

 

Deseo que vean estos videos. A mí, me esperanzan sobrecogedoramente:

Nos tienen miedo porque no tenemos miedo

Enciéndela

Sé de las reservas hacia el #YoSoy132, pero este video es muy emotivo y nos dice mucho de cómo y por qué se formó y consolidó la cultura sociopolítica de la sociedad mexicana.