Hace mucho tiempo en una industria muy vendida…
En 1972 se estrenó en las salas de todo el mundo la cinta The Godfather dirigida por Francis Ford Coppola, simultáneamente George Lucas se preparaba por estrenar American Graffiti, pero con un proyecto de llevar a las grandes pantallas una versión de la serie de televisión Star Trek.
Sin embargo los estudios jamás apoyaron su propuesta, por lo que decidió escribir una versión más íntima con influencias en la cultura Samurai de Akira Kurosawa y la novela de J. R. R. Tolkien Lord of The Rings. Para su mala suerte tampoco fue aceptada su propuesta, mientras que la popularidad de su colega Coppola iba en aumento por la gran aceptación de su film The Godfather, quien decidió apoyar el proyecto Star Wars y con su influencia los estudios Fox dieron luz verde para por fin producir y distribuir el film de Lucas, que pudo salir a la luz hasta 1977.
Star Wars hoy en día es una marca comprada y registrada por los estudios Disney, quienes tienen contemplada una nueva trilogía con fecha de estreno en 2015. Para este proyecto, que quizá es uno de los más ambiciosos desde Piratas del Caribe, eligieron como director al ya muy posicionado, J. J. Abrams.
La idea de una nueva trilogía parece ser una mala idea para los seguidores que ya muy decepcionados y defraudados quedaron después de las tres precuelas aun a cargo de Lucas. Disney ademas de ser un estudio que no ejemplifica la filosofía de los fanáticos de la saga, parece poner en peligro y terminar por destruir la tan apreciada historia de los «Jedis».
Sin embargo la decisión de poner a cargo a Abrams es algo que cambia completamente la perspectiva y que valdría mucho la pena analizar.
J. J. Abrams inició su carrera en televisión con series como Felicity que aunque parecía ser una serie adolescente de los 90, presentó uno de los finales más controversiales en su momento, con un viaje en el tiempo que dio un giro a todo la serie, pero no fue hasta el 2004 que se dio a conocer realmente y a ser tomado en serio con Lost, que lo colocó en un nivel de popularidad muy alto, sin mencionar que hasta la fecha sigue siendo uno de los programas más populares de televisión, por su discurso cargado de filosofía, en donde marcó su sello como director y guionista.
En el año 2009 presentó el regreso a las pantallas una nueva versión de Star Trek, con casi diez películas antecesoras que pasaron desapercibidas por el público promedio, pues sólo contaban con un target seguidor de la serie de los 70, y no fue hasta la entrega de Abrams que la saga recuperó el interés en los fans y obtuvo muchos nuevos, con una secuela presentada en 2013. Este es el punto que requiere de más análisis, pues el éxito de esta nueva franquicia dio resultado por varios puntos, el primero y quizá el más importante es la fidelidad y el respeto que Abrams tuvo con la historia, los personajes y la estética de la serie original. El segundo fue lo que logró la captación de nuevos seguidores y se debe a que aunque respetó mucho la versión original, logró imprimir su toque como director y con una muy buena historia, gran manejo de personajes, llevado todo de manera muy natural y humana, resaltando grandes valores universales que invitan a la reflexión, como toda gran cinta de ciencia ficción.
Considerando estos puntos, el panorama es aún muy distante de un criterio más exacto, pues Abrams no ha trabajado con Disney y la presencia de este gigante como nuevo distribuidor de la obra sigue poniendo en duda su influencia sobre el discurso que pueda transmitir en las tres próximas entregas de la saga. Al parecer aún es una moneda en el aire donde podría predominar la influencia del monstruo mediático o el ingenio de este gran director.
No queda mas que seguir de cerca con los cambios y novedades que presente el proyecto, tales como el reparto, la participación y libertad creativa de la producción, sin olvidar que al final es un gran negocio y que lo importante es vender.
Abrams tiene el reto más importante de su carrera, en el que podría recuperar el equilibro de la Fuerza o ponerla en las sombras.
Así que sólo nos resta decirle a J. J. Abrams: «Que la fuerza te acompañe…»