Doy gracias a las estrellas,
que se posaron todas
e hicieron un pequeño universo
sólo para mí.
Doy gracias a tener un destino,
que te trajo a mí
y pude creer en un nuevo cielo
viviente en tus brazos.
Volví a cerrar los ojos
y quise soñar… soñarte,
para decirte que contigo sentí
lo que no sentí con nadie.
Fascinantes tus ojos
debajo de tantas estrellas,
fascinante tu mirar fascinado.
Como tú, ningún extraño me miró.
He querido decirte
lo que no se entendió,
lo que trato de explicar siempre,
pero nadie comprende:
Yo soy del sol,
yo soy de alas grandes
y normalmente huyo
cuando alguien dice amor,
pero contigo decidí quedarme.
Yo doy gracias a tus ojos,
a tus sonrisas, a tus silencios, a tus secretos.
Doy gracias por despertar de dentro de mí
lo que no había sido para nadie.
No sólo fue mi cuerpo,
se desnudó algo más
cuando tus labios me hicieron suspirar.
Gracias por tu valor de lidiar
con un sentimiento temeroso,
acabado de despertar.
M.A.Z.