Poeta, autora contemporánea, de nacionalidad mexicana es Mónica Suárez, quien a través de la editorial «Verso destierrO, Poesía para evolucionarte y ser; en la Colección Las Cenizas del Quemado», con ilustraciones «Garras de tinta» de Francisco Quintanar, César Romero y Omar Soto Martínez; nos deja ver a través de sus letras y de su sensibilidad para transformarlas en poesía, un mundo de oscuridad y emociones densas: el dolor, la muerte, la desesperanza, la pérdida de algo que fue arrebatado…
Un alto contraste, no hay más, o es blanco o es negro, no hay términos medios, todo es soledad, las tinieblas se devoran a la luz, pero aún así, todo el dolor de un alma, desemboca en poesía. He aquí, la línea delgada que el lector debe descubrir, para saber de dónde provienen esas lágrimas convertidas en poemas pero que esconden los secretos más aterradores… esa negrura, que calla el silencio. Cajones en un cuerpo físico real, que guardan lo que debe saberse, un ser que se siente muerto o que tal vez lo esté, por un dolor inimaginable, un ser atrapado por lo negro, que se ve así mismo caminando entre los vivos y entre fantasmas de tiempos pasados. Una habitación que es la trampa de su destino y que lleva al poeta mismo, al personaje, o al lector, a vivir en la oscuridad.
No, no es un relato de horror; son palabras llenas de poema, escritas bajo las reglas del ritmo y la métrica contemporáneas; que nos hablan sobre la intensidad de esas emociones oscuras tan humanas y tan temibles que hay en cada uno de nosotros, y que por ello, casi siempre las mantenemos bajo siete llaves. Personaje, poeta o cómplice lector, que se ve así mismo deforme por los secretos (que muy pocos se atreven a liberar), o por continuar con el temor de seguir guardándolos dentro del cuerpo y el alma heridos de un ser humano, que ya no puede ni quiere vivir más, ni seguir muriendo día a día, inmerso en ese dolor, que sin embargo sigue ahí, junto con las sombras que lo conforman, y que no se van.
Desesperanza, crudeza, negrura, y al final la niebla que no cesa, pero ahí mismo es donde hay que buscar, para encontrar la salida, niebla que quizá continúe, o que tal vez se vaya, sólo con la muerte.
Poesía transformada en dolor o dolor transformado en poesía.
No dejen de leer este pequeño libro que nos lleva por la dulce poesía oscura de Mónica Suárez.