La variedad de sabores que guardas en tu boca

hacen de besarte un ritual,

cierro los ojos para disfrutarte,

mientras nuestros labios se comunican

y deciden a qué ritmo jugar.

 

Tus labios sincronizan con los míos,

saben cuando aguardar, cuando comenzar

y cuando no parar.

No se puede pedir nada más

cuando se tiene el placer del beso perfecto.

 

Mi tranquilidad se inspira

en el recuerdo de tu sonrisa,

en esa caricia que no pide permiso,

en esa manera sutil y despiadada

de imponerte dentro de mi mente.

 

Siento entre mis dedos

la complicidad que emana tu piel.

El viento despeina mis pensamientos,

nos abraza y nos domina, nos hace ir lejos.

 

Ya no hay nada que decirte con palabras,

el imán que ahora tiene tu mirada me consume.

Eres la lágrima que se seca,

el dolor que mágicamente desaparece.

Eres la fantasía transmutada en realidad.

 

sabores

 

M.A.Z.