There will be blood o Petróleo sangriento en latinoamérica o Pozos de ambición en España de Paul Thomas Anderson (2007) es una brillante película que retrata la ambición y avaricia que despierta la industria petrolera a inicios de siglo pasado en los Estados Unidos. El papel protagónico corre a cargo de la actuación de Daniel Day-Lewis, interpretando a Daniel Plainview, un magnate del petróleo que busca expandir sus negocios.
Tras continuar con diversas actividades propias de esta industria, Daniel recibe la visita de un adolescente, Paul Sunday, que le indica que en el rancho en el que vive existen yacimientos de petróleo, donde no es necesario perforar para obtener el oro negro. Tras negociaciones, Daniel y su pequeño hijo H.W. deciden explorar el terreno haciéndose pasar como cazadores de codornices. Plainview, da lecciones de negociación a su hijo, y parece ser un padre cercano y afectivo. Cuando, Daniel comprende el gran valor de ese rancho, decide comprarlo. Sin embargo, el hermano de Paul, Eli Sunday que sabe del valor de este territorio, incita a su padre a ponerle un costo más elevado del que tenía pensado. Sin embargo, la venta se logra y Daniel Plainview adquiere compromisos con la comunidad del lugar como caminos, escuelas, prosperidad, como parte de su estrategia para ganar la simpatía de la comunidad. Por otro lado, Eli Sunday juega un rol importante en la comunidad, pues es el predicador, el elegido por Dios para dirigir a la congregación a una vida libre de pecado. Eli, personifica el fanatismo religioso. Los roles naturales de Daniel y Eli se contraponen constantemente. Sin embargo, un desastroso evento propio de las actividades de extracción del petróleo llevarán a Daniel a tomar decisiones que serán cuestionadas severamente en la comunidad.
Un elemento interesante de la película es que permite al espectador, conocer a las máquinas pioneras en la extracción de petróleo. La fotografía es sobria, pero destaca que el enfoque en los paisajes áridos, el azul brillante en el cielo y tonos negros y grises contrastantes en los incendios en los pozos, sea admirable. Además hay una armonía geométrica, que le confiere gran belleza a las imágenes que nos regala esta película basada en la proporción dorada, misma que se puede apreciar en el siguiente video:
En adición, la música es algo fuera de lo típico, pues Jonny Greenwood que también es integrante de Radiohead, hizo un trabajo experimental con algunas de las piezas musicales que ya había empleado en el documental Bodysong de Simmon Pummel (2003). Este elemento en el film es interesante, pues es una de las primeras descargas de inspiración de Greenwood como compositor experimental y de cámara. Pero sin duda, el momento más memorable de esta película es su final. Que, fuera de parecer espectacular, deja de manifiesto que la intensidad del valor de las palabras en la humillación parecen ser mucho más brutales que incluso las mejores secuencias de violencia mejor pensadas. There will be blood, es una película que aborda diversos temas. Sin embargo su título en España parece ser el que mejor describe a esta obra: Pozos de avaricia. Avaricia sobre todo…