Esta simple pregunta planteada, en la afamada canción de la banda Estadunidense (The Killers), me hace reflexionar sobre la realidad política-social ante el fenómeno imperante de la globalización y las consecuencias de inequidad [1] que se implantan en diferentes naciones de un modo u otro.

Debemos reflexionar sobre el papel que juega el Estado ante fenómenos económicos salvajes como la crisis del 2008-2009, siendo que la burbuja especulativa que desequilibró los mercados internacionales, entre ellos el de nuestro país, según los datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) “ el ingreso de las familias mexicanas resintió una de las más pronunciadas caídas, México es el país donde los trabajadores tienen las jornadas más largas, pero también con los menores niveles de productividad, cabe mencionar el impacto de la propia crisis son particularmente visibles cuando se observa el ingreso de los hogares, el empleo, la satisfacción con la vida y el compromiso cívico[2]”.

Esta evidencia empírica nos muestra, el Estado se ha reducido con el paso del tiempo, lo ubicamos desde las diversas crisis cíclicas que ha atravesado nuestro país, especialmente con la crisis de 1973, siendo incapaz de seguir un modelo como el Estado de Bienestar y propugnar por una subordinación o adecuación, según usted considere, de los organismos supranacionales, a través de esquemas específicos de política económica que obligan a los países a flexibilizar sus marcos normativos para adoptar esquemas de austeridad.

Así que, pasamos “a un proceso autoritario de toma de decisiones que se adoptan en el nivel más alto y posteriormente fluyen hacia abajo abarcando al resto de la administración pública[3]”.  Ante estos fenómenos globales cabe preguntarse: si nuestro sistema político, económico y social pueda mitificar los fenómenos de desigualdad ante los desajustes del mercado. Desgraciadamente, desde mi punto de vista, resulta prácticamente un reto, llevar los desajustes de nuestro sistema capitalista sui generis ante la demanda de aproximadamente 123 millones de habitantes en nuestro país y ante un paupérrimo desarrollo económico donde las fuerzas del mercado revelan su lado fascista, lo cual conlleva al detrimento institucional del Estado.

Retomando, la canción “are we human or are we dancers?” y la respectiva reflexión, un sistema económico global que sobre pasa la soberanía de los Estados sólo ha causado desequilibrios, movilizaciones en busca de opciones: empleo y bienestar mínimo para sus familias, ya que, la explotación, contaminación y violación de  protocolos ambientales para maximizar las ganancias de empresas transnacionales ha fungido como parte del punto oscilatorio del cual me he referido, preceptos generales que imperan en nuestra realidad de forma múltiple y que fluctúan, también, dentro de un libre mercado.

[1]  Según la RAE –Real Academia Española– se puede interpretar como desigualdad.

[2] Amador, Gonzales, Roberto , La crisis del 2008 afectó seriamente los ingresos de los mexicanos: OCDE, Consultado el día 26 de octubre de 2014, http://www.jornada.unam.mx/2014/03/05/economia/029n1eco

[3] Peters, Guy.B, Globalización gobernanza y Estado: algunas proposiciones acerca del proceso de gobernar.