Temo esconderme tras la sombra,
la luna ilumina y de fondo suena la melodía
que me mece en tu mirada
mientras un beso aguarda.
Tu imagen se tatúa en mi memoria,
tu presencia, parte de tu esencia,
en la silla de junto, en mi cama
o al abrir la puerta.
Enamorarse de la idea,
de la imagen, del olor,
del roce, del color…
fascinación escandalosa.
Mirada magnetizada,
cuerpos atrapados en un mismo deseo,
besos que nacen
y se pierden entre los labios.
Inmersos en el tiempo evaporado,
entre todo navegamos
sin querer volver.
Quedarse sin pasado, sin memoria,
sin miedo, sin pretender.
Quedarse para ver y creer,
experimentar sin temer.
Saberse sin nombres,
partiendo de un interior íntegro,
siendo parte de un presente solapado
por el riesgo de perderse entregando.
M.A.Z.