Jorge Alberto Rivero Mora[1]

A la memoria de Alejandra Mercado

En el marco de los 80 años de vida del gran escritor mexicano, Don Fernando del Paso (1935) y a propósito del 150 aniversario de la resistencia republicana al Segundo Imperio de Maximiliano de Habsburgo, exploraré algunos elementos de la particular relación que se configura entre la Historia y la Literatura, así como el loable compromiso ético de un intelectual de la trayectoria de Del Paso, más allá de su extraordinaria capacidad narrativa.

Y es que contrario a miradas lineales y excluyentes con la que muchos historiadores descalifican el discurso literario como fuente, Fernando Del Paso en su breve pero monumental obra nos ha demostrado que: 1) en la aprehensión de la realidad resulta muy enriquecedor el diálogo multidisciplinario entre distintos saberes y 2) las representaciones literarias se vinculan nítidamente con la realidad histórica de una época específica.

images (1)Sucintamente, Fernando del Paso nació en la ciudad de México el 1 de abril de 1935. Desde su infancia inculcó en su cotidianidad su pasión por el dibujo, las letras y los idiomas. Muy joven, Del Paso contó con el generoso respaldo de Juan José Arreola para publicar Sonetos de lo diario (1958) en la colección de El Unicornio, del FCE.

Aunado a su grandeza literaria, Del Paso supo combinar el ejercicio del dibujo, la pintura, la diplomacia, la traducción e incluso la redacción y locución para la BBC de Londres, y con el paso de los años, su consagración definitiva la obtendría con su trilogía de monumentales novelas (por su extensión y calidad) José Trigo (1966); Palinuro de México (1977) y Noticias del Imperio (1987), resultado cada texto de más de diez años de investigación y escritura.

Así, cada que mencionamos el nombre de Fernando Del Paso implica señalar a uno de los ensayistas y narradores más importantes y reconocido de la historia literaria de México y América Latina, pero también a uno de nuestros intelectuales más lúcidos, críticos y comprometidos con las causas más justas.

Sirva este breve esbozo biográfico de Del Paso para ponderar brevemente su excelente novela Noticias del imperio. Así desde su publicación en la Editorial Diana, en 1987, Noticias del Imperio, se convirtió en un éxito de ventas por su notable calidad literaria, es cierto, pero también por sus hondas repercusiones históricas.

Así, la novela Noticias del Imperio ha sido traducida al inglés, alemán,21-290x290 portugués, francés, holandés y chino, y resulta una obra monumental, con gran riqueza de lenguaje que describe con lujo de detalle la vida cotidiana en torno a las vidas de Benito Juárez y los entonces emperadores, la atención de Del Paso se enfocó a la particular y compleja relación de Francia con México:

Mi interés por ese periodo nació en la primaria, cuando me enteré que habíamos tenido un emperador y una emperatriz. Me vino la idea de escribir produjeron esa tragedia. Más que el melodrama personal de Maximiliano, Carlota y Juárez, la novela es en el fondo, el melodrama histórico de Francia y México.[2]

Pero quién mejor que Vicente Quirarte (otro de nuestros grandes literatos y quien ha hecho brillantes acercamientos históricos desde el terreno de la literatura) para dimensionar la grandeza de Noticias del Imperio y describir el magno esfuerzo literario y de investigación de Del Paso:

Para escribir unas Noticias del Imperio síganse las siguientes instrucciones: léanse todas las crónicas, novelas, homenajes, testimonios, partes militares, obras de teatro, ensayos de interpretación histórica escritos sobre la marcha y tras la consumación del drama de Querétaro (…) Examínese, con pasión maniaca, toda alusión existente sobre el proceso de embalsamamiento del archiduque Maximiliano (…) Evóquese la inminencia del primer bocado de mole de guajolote en un paladar austriaco, o el modo en que el pulque se aferra a las paredes del vaso; aspírense perfumes, atmósferas, densidades, a la espera del instante en que la Historia y la Literatura logren la combustión que corporifique al mito; examínense las grandes corrientes de la Historia y los pequeños detalles de la chusma anónima (…) Coloque encima de su mesa de trabajo las figuras tutelares de Jules Michelet, James Joyce y Emilio Salgari. Comience entonces a escribir Noticias del Imperio. No olvide el áureo consejo del maestro Gustave Flaubert: “en la novela importa pulir individualmente las perlas pero es preciso hallar el hilo que las una colectivamente”. Hilo semejante debe reunir el poder de interpretación y síntesis del historiador, la clarividencia del poeta, la agilidad del novelista de aventuras. El poseedor de tal especie de hilo se llama Fernando del Paso.[3]

La anterior y rica descripción que hace Quirarte no solamente muestra la disciplina de investigación y destreza literaria de Del Paso sino que muestra su titánica labor, mucho más ambiciosa que la de cualquier historiador que se haya aproximado al periodo histórico de 1861 a 1867 para concebir a una de las grandes novelas de toda la historia de la literatura mexicana.

De este modo, Fernando del Paso dota de nuevos significados a un periodo notable de nuestro pretérito como fue el Segundo Imperio y la resistencia republicana juarista y más aún exhibe en sus humanas y muy falibles condiciones a personajes históricos del siglo XIX como Carlota de Bélgica, Maximiliano de Habsburgo, Napoleón III o Benito Juárez.

Sin embargo, a diferencia de hace 150 años, en mi opinión hoy en día vivimos en carne propia, no una confrontación de horizontes como el que antagonizaron el proyecto monárquico y la república juarista, sino la total ausencia de proyectos de nación, de una resistencia organizada, y de fortaleza en nuestras instituciones, hoy cada día más débiles y desacreditadas, en un país sometido a los efectos abominables de gobiernos neoliberales que en muchos de sus espacios mantienen fuertes vínculos con el crimen organizado.

Para terminar, quiero citar un fragmento del discurso de Don Fernando del Paso, al ser reconocido con el Premio José Emilio Pacheco en la Feria Internacional del Libro en el Estado de Yucatán, el 7 de marzo de 2015:

A mis casi ochenta años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé sólo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre: Chenalhó, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas… ¡Qué pena, sí, qué vergüenza que sólo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos bañados por la tragedia! ¡Ay, José Emilio (Pacheco) yo no sé para qué me meto en estos bretes, si bastaría acudir aquí y aceptar el premio! Pero no puedo quedarme callado ante tantas cosas que se nos han quebrado. ¡Ay, José Emilio!: no me preguntes cómo pasa el tiempo. Lo que te puedo y quiero decir ahora es que estoy viejo y enfermo, pero no he perdido la lucidez: sé quién soy, quién fuiste y sé lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendo. Lo único que no sé es en qué país estoy viviendo. Pero conozco el olor de la corrupción; dime José Emilio: ¿A qué horas, cuándo, permitimos que México se corrompiera hasta los huesos? ¿A qué hora nuestro país se deshizo en nuestras manos para ser víctima del crimen organizado, el narcotráfico y la violencia? ¡Ay, José Emilio! ¿De qué nos sirve recoger aquí y allá premios y reconocimientos mientras nuestro país se desprestigia ante los ojos del mundo… ¡Ay, José Emilio! No sé qué más decirte. No sabes qué triste estoy. Acepto el premio que tiene tu nombre, porque se me da de buena fe, no sin antes subrayar que lo más importante en la vida no es recibir galardones aunque se merezcan sino denunciar las injusticias que nos rodean.[4]

Con el duro y estremecedor discurso de don Fernando que nace de su compromiso moral como artista e intelectual para denunciar lo que no funciona en un país tan fracturado como el nuestro, nos evidencia que el diálogo entre la Literatura y la Historia debe ser una tarea constante y sobre todo, su fructífera vida nos subraya la importancia ética y moral de defender loables causas y denunciar a autoridades totalmente rebasadas e inoperantes.

[1] Extracto de la ponencia presentada en el Coloquio Horizontes en disputa: A 150 años del segundo imperio y la resistencia republicana, 1865 – 2015, los días 15,16 y 17 de julio de 2015, en el Recinto Homenaje a Juárez, México DF.

[2]http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/articulo.php?publicacion=782&art=16376&sec=Art%C3%ADculos

[3] Revísese http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/4708/quirarte/47quirarte03.html

[4] Revísese http://www.jornada.unam.mx/2015/03/08/politica/002n1pol