El Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos clandestinos;
Pese el advenimiento del Ser pujante, el Super Yo, que no es Yo; también, viceversa
Pues envuelto en la barbarie se revuelca, volcado por la pasión, se Es
¡Indulgencia, ven a mí y quítame esta pena!
-Perdone aquel que es su Ser y acepte la sed, hace tiempo, proclamada ajena, omisa-
El Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos abolidos;
¡Debo afligirme; pero no puedo qué debo!
Estoy de luto ante el amante, para resanar la pena,
¡Luz de día; realidad infinita!
-Sépase del tiempo, que su andar sigue-
El Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos reprimidos;
Observo el delito, “me” enciendo a través de la visión nocturna,
Entre aquellos cálidos brazos: templado protector.
Los viejos placeres, repentinos, se avivan y solicitan lo que infiere humedades;
Mas ahora gimoteo mi última ofensa,
-Ahora piense y maldiga mi inocencia-
De toda la aflicción, se empolla
¡La “ciencia” más dura a olvidar!
El Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos censurados;
¿Cómo perderé el pecado? Si con todo guarde el sentido,
¡Venga a mí, todo deteste del vituperio, qué ya no tolero más!
¿Cómo el estimado, objeto, del crimen habría de despojar?
¿Cómo distinguir lo que pareciera penitencia, amor?
¡Tarea desigual!
-Pasión a dimitir, fuera de toda etiqueta-
El impersonal, vocifera; mientras que, aún enmudece su desborde personal
¡Cuántas veces se debe amar; cuántas veces odiar!
¡Oh venga; enséñeme la naturaleza del sometimiento!
Pues, “bien” le va.
El Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos vedados, reitero;
¡Debiera qué no debo!
Las voces del “todo” real; las voces del todo intrínseco
¡Venga a mí la serenidad; venga a mí el discernir!
Ya que, el Ser poseso halla el lugar donde enaltecer los fuegos prohibidos
De vez en vez.
P.A.U