Jorge Alberto Rivero Mora[1]

 

Yo creo que desde la Edad Media nadie había inventado tantos refranes como El Piporro

Su humor requiere de la agilidad magnífica para improvisar la tradición

Carlos Monsiváis 

 

 

Eulalio González El Piporro (1921-2003) introdujo en el cine nacional y con un sentido lúdico a la peculiar identidad fronteriza del “norteño” basada en la inserción de patrones de la cultura del Noreste de México, específicamente del estado de Nuevo León, pero también en la novedosa manera en que el actor cómico entendió y ejerció el humor, el relajo y el uso del lenguaje y la entonación del mismo, en un cine nacional acostumbrado a lo contrario, es decir, al centralismo y al melodrama efectista.

En este contexto, Eulalio González El Piporro, tras una azarosa vida laboral que lo llevó del periodismo, a la radio, al cine y a la música popular, no obstante que en los años cincuenta se convirtió en varios filmes en el patiño del ídolo Pedro Infante, supo encontrar en el estereotipo norteño la razón de su éxito, fama e incluso mito. Eulalio González Ramírez nació el 16 de diciembre de 1921 en Las Herreras, Nuevo León.

Como la historia misma de cualquier persona, el espacio geográfico lo definió culturalmente al abrevar el cúmulo de referentes de aquella región norteña del país en un contexto complicado tras la finalización de la Revolución mexicana. Más adelante Eulalio González y su familia se mudaron a Ciudad Guerrero, Tamps., un pequeño pueblo que quedó sepultado bajo las aguas de la Presa Falcón. Después sus padres lo llevaron a Los Guerra, Reynosa y Matamoros, todos en territorio tamaulipeco.

A principios de los cuarenta fue hacia la industriosa Monterrey, su segunda ciudad adoptiva para estudiar la carrera de Medicina que pronto abandonó. Luego entró a trabajar al periódico El Porvenir. De manera azarosa, en 1942, se convirtió en locutor y conductor de radio, en las estaciones XEMR-AM y XEFB. Este espacio fue determinante para la futura estrella del cine mexicano, puesto que al igual que otro artista contemporáneo suyo, Germán Valdés Tin Tan, encontraron en el medio radial un espacio para estimular sus múltiples virtudes histriónicas y de improvisación.

Casi al mismo tiempo, Eulalio González estudió Contaduría, carrera que sí terminó pero que no ejerció. En 1944 llegó a la capital del país, buscando trabajo en la XEW como locutor anunciante, pero por su voz y capacidad actoral se instaló cómodamente en las radionovelas, un género muy popular durante la época. Eulalio González hizo toda clase de roles, pero tras ganar en 1949 la audición para la radionovela de la XEQ Ahí viene Martín Corona su vida cambiaría radicalmente al encarnar a un anciano simpático y dicharachero, apodado El Piporro.

La radionovela tuvo un gran éxito por la historia y, sobre todo, porque el protagonista de la misma era el ídolo Pedro Infante. La radionovela fue llevada al cine con el propio Infante, Eulalio González y Sarita Montiel. Esta película popularizó a El Piporro quién a pesar de contar con treinta años de edad interpretó con notable simpatía y con el pelo pintado de blanco, al simpático anciano mentor de Pedro Infante en la película.

Así, la historia del éxito de Eulalio González se puede describir sucintamente, ya que El Piporro participará en varias películas de Pedro Infante con pequeños papeles hasta cobrar un notable protagonismo en numerosos filmes en los años sesenta ya asentado en el estereotipo norteño que lo consagraría. Sin embargo, lo más valorable en El Piporro, más allá de sus cualidades histriónicas y natural simpatía, fue su loable actitud al encarnar orgullosamente al hombre de provincia que se impone en la capital sin importarle ser tachado despectivamente como provinciano.

Por ello, cuando Eulalio González hace papeles acordes con su edad insiste en vestirse con sombrero texano, vestir chamarra de piel con “barbitas” y sus infaltables botas. De manera adicional, Eulalio González encontró a un personaje a interpretar, poco valorado hasta entonces: el bracero. Así, en 1953 tiene una muy destacada actuación en la película Espaldas mojadas, del gran director Alejandro Galindo. Más adelante explotará esta fórmula con El bracero del año (Director, Rafael Baledón, 1964), El Rey del Tomate (Director, Miguel M. Delgado, 1964) y El pocho (Director Eulalio González, 1970), esta última película con una propuesta de crítica social fronteriza muy valorable. Para la década de los sesenta del siglo XX, Don Eulalio González se volverá una de las más grandes figuras de un cine mexicano que había dejado atrás su etapa de esplendor, debido a sus simpáticas parodias, unidas a sus múltiples y jocosas composiciones (destaco su famosa canción El taconazo).

Así, por ejemplo: en El bracero del año inventa a Natalio Reyes Colás, clon de Nat King Cole; o con mucha empatía alternó con La doña María Félix en el filme La Valentina (Director, Rogelio A. González, 1966), o en un intento por mostrar el dominio de su personaje en distintos géneros Piporro, realizó la ahora cinta de culto La nave de los monstruos (Director, Rogelio A. González, 1960); y también supo salirse en varios momentos del estereotipo norteño para interpretar de manera dramática a distintos oficios populares: taxistas, toreros, sacerdotes, etcétera.

Más allá de su loable esfuerzo fílmico o participar en la célebre Caravana Corona o en Plazas de Toros (cantando y toreando), los últimos años de Eulalio González Piporro se fueron en presentaciones en programas televisivos, algunas telenovelas y películas o redactar sus célebres memorias  Autobiogr…ajúa/ y anecdo…taconario, México, Editorial Diana, 2000; así como en colaborar, de modo generoso con músicos innovadores como el también fronterizo Jaime López; hasta que el 1° de septiembre de 2003, víctima de un infarto al corazón, falleció Don Eulalio González El Piporro y con su muerte, como suele ocurrir con figuras de su dimensión, fuimos testigos del nacimiento de una de las más grandes leyendas del espectáculo mexicano de la pasada centuria.

 

[1] Extracto de la ponencia “Un vistazo historiográfico a Eulalio González y a la piporrización del ser”, presentada en el VII Coloquio Internacional del Noreste mexicano y Texas. Violencia: significados y desafíos, organizado por el INAH, UANL, CIESAS Noreste, COLEF, Texas State University, IIH UNAM., Monterrey NL., 19, 20 y 21 de octubre de 2016.

*Fotografía de portada (DR. Agencia Cuartoscuro)