Jorge Alberto Rivero Mora [1]

El inefable compañero de Tin Tan, Marcelo Chávez,

fue un actor mal evaluado porque fue un gran cómico.

Carlos Monsiváis

El veracruzano Marcelo Chávez Herrera (1911-1970), también conocido como el simpático e inolvidable Carnal Marcelo, además de convertirse en el mejor amigo, mancuerna fiel y soporte artístico del genial cómico mexicano Germán Valdés Tin Tan (1915-1973), fue un estupendo e ingenioso canta-autor, excelente guitarrista y destacado actor cómico, quien al lado de Tin Tan ocupó un lugar protagónico en el firmamento artístico de la época de oro del cine mexicano, al explotar lúdicamente sus cualidades musicales e histriónicas desde que se conocieron en el año de 1943 en la fronteriza Ciudad Juárez.

Marcelo Chávez nació, un día como hoy, 13 de marzo, pero de hace 107 años en el municipio de Tampico Alto, Veracruz. Poseedor de un talento innato para la música y la improvisación, facultades que con el paso de los años desarrolló enormemente, el futuro carnal Marcelo hizo gala desde temprana edad, de sus múltiples habilidades musicales y letrísticas para la composición que fueron determinantes para adentrarse en el mundo de las carpas, como patiño de actores cómicos como Don Catarino, Donato y Mario Moreno Cantínflas. Pero también incursionó con regular éxito en los espacios del teatro y de la radio, como cantante de tangos y como guitarrista de estrellas de la estación de radio XEW, hasta qué, de modo azaroso, conocería al genial Germán Valdés Tin Tan, lo que sería definitivo y definitorio en la vida de Chávez.

Para el año de 1943, Marcelo Chávez se unió como administrador contable de la famosa compañía teatral itinerante propiedad del célebre ventrílocuo Paco Miller (quien daba vida al muñeco «Don Roque”) y de su medio hermano del empresario ecuatoriano Jorge Maulmer. En estas circunstancias, la Caravana arribó a la fronteriza Ciudad Juaréz, Chih. y ante la urgencia de reemplazar a un cómico Miller y Maulmer decidieron asistir al teatro-estudio de la XEJ ya que les recomendaron que apreciaran el trabajo de un joven locutor de gran éxito en la ciudad, de nombre Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo, el futuro Germán Valdés Tin Tan.

Debido a su gracia desbordante y talento musical, el ventrílocuo Paco Miller le propuso a Germán Valdés unirse a la gira que realizaría su compañía por diferentes ciudades de Estados Unidos y México. Valdés aceptó gustoso, pero pidió un “patiño” (el blanco o víctima de las bromas del protagonista) y que fuera anunciado como El Pachuco Topillo. Expeditamente, Miller encomendó al administrador Marcelo Chávez, el apoyo solicitado por el joven artista. En un principio, la pareja sólo realizaba simples rutinas cómicas que no gustaban o interesaban poco a sus receptores, sobre todo porque en la frontera norte de los dos países, el tema del pachuquismo era visto con mucho recelo, ya que en aquellos años el clima de discriminación y represión hacia los pachucos en los años cuarenta en el sur de Estados Unidos estaba muy presente en el ánimo de la gente de los dos lados de la frontera.

Sin embargo, la mancuerna poco a poco se acopló hasta lograr la aceptación, afecto y complicidad de sus seguidores y precisamente, cuando la Caravana arribó a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, Paco Miller en uno de los descansos de la gira, filmaron el cortometraje mudo El que la traga la paga, elaborado en formato de 8 milímetros y que tuvo la mayúscula importancia de ser el primer trabajo fílmico de Germán Valdés.

Así con el paso de los días y con una popularidad creciente en distintas ciudades del país, la pareja cómica Tin Tan y su carnal Marcelo (nombre artístico impuesto por Paco Miller, con el descontento de Germán Valdés) se insertaron hondamente en el gusto popular y debutaron en la Ciudad de México el 5 de noviembre de 1943, en el teatro Esperanza Iris, en cuyo elenco figuraban Agustín Lara, Miguelito Valdés, la Panchita, Tata Nacho, el trío Los Calaveras, María Victoria y Meche Barba y más adelante se uniría el propio Mario Moreno Cantinflas.

De modo vertiginoso, la fama y el éxito de Tin Tan y su carnal Marcelo como pareja cómica fueron arrolladores y pronto se consolidaron como dos de las estrellas más importantes de la época de oro del cine mexicano y de distintos medios además del cinematográfico como fueron el teatro de revista, la radio, o la discografía musical.

Y es que con sus rutinas cómico-musicales, Tin Tan y su carnal Marcelo construyeron, en cada una de sus presentaciones, un espacio ideal para la experimentación en la que parodiaban jocosamente las noticias y los personajes del momento, además de cantar y bailar con ritmo de swing, boowie woogie, e interpretar con extraordinaria simpatía chistes de todos los tonos.

Cabe subrayar que, a diferencia de varias estrellas de su época, Tin Tan, siempre generoso, reconoció en su carnal Marcelo y en su equipo fílmico más cercano (Fanny Kauffman Vitola, René Ruiz Tun Tun, Wolf Ruvinskis, Juan García El Peralvillo, Ramón Valdés, Joaquín García Borolas, José Ortega El sapo o Tito Novaro) a auténticos interlocutores que materializaron películas cómicas memorables y de gran manufactura que nutrieron su larga trayectoria artística con películas inolvidables como El hijo desobediente, ¡Ay amor cómo me has puesto!, Soy Charro de Levita, El rey del barrio, El ceniciento, El bello durmiente, Simbad el mareado, etcétera.

Para finalizar este breve escrito-homenaje al inolvidable carnal Marcelo Chávez, quiero destacar que si bien, con el paso de los años las carreras de Tin Tan y su carnal Marcelo decayeron por el desgaste natural de un medio fílmico que también entró en declive, la solidaridad, la camaradería y la  inquebrantable amistad de estos grandes artistas se mantuvieron constantes, ya que gestaron y solidificaron a una pareja artística memorable que lúcidamente entendió que sus múltiples talentos, lejos de separarlos los acercaron siempre y esto es digno de subrayar en un medio artístico, en que los egos y las envidias son moneda corriente.

Y quién mejor que el propio Germán Valdés Tin Tan para valorar en su justa dimensión al gran artista Marcelo Chávez, al enterarse de la muerte de su entrañable amigo, con la sinceridad y humildad que lo caracterizaban:

«Éramos hermanos, y que me perdonen mis carnales, pero en verdad fue el golpe más duro de mi vida. Como si me hubieran amputado una pierna o un brazo»…

 

[1] La base histórica-historiográfica  del presente artículo puede leerse en la tesis doctoral del autor Wachando a Tin Tan. Análisis historiográfico de un personaje fílmico (1944-1958), México. UAM-Azcapotzalco, Tesis de Doctorado, Posgrado en Historiografía, 2012, pp. 66-70. Cf. http://posgradocsh.azc.uam.mx:8080/es/Historiografia/Wachando