Jorge Alberto Rivero Mora
El reto en 1968 no era deportivo: para México el reto era organizar la Olimpiada
Arq. Pedro Ramírez Vázquez
El año de 1968 fue complejo, contradictorio y sumamente violento, no sólo en México sino en distintas partes del mundo. Así, en la memoria histórica reciente de nuestro país, hablar de este periodo temporal emblemático nos remite a las acciones y movilizaciones esperanzadoras de los universitarios en el Movimiento estudiantil de aquel aciago año y que fueron cortadas de tajo por los actos criminales del gobierno priísta de Gustavo Díaz Ordaz; pero también nos permite evocar a la celebración fastuosa de los XIX Juegos Olímpicos de la Ciudad de México, que se convirtió en un magno evento deportivo de resonancia internacional que quedó marcado por la sangre indeleble de la multitud masacrada en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
México vivía los estertores finales del llamado “Milagro mexicano”, con tasas de crecimiento económico sostenido, con una clase media y universitaria emergentes y con niveles de vida que hoy en día parecen inalcanzables. Asimismo, en 1968 regía en el país un Estado Benefactor intervencionista pero en crisis, marcadamente autoritario y contrario a los intentos democratizadores que desde el interior del partido hegemónico se hicieron, como la infructuosa Reforma del PRI de su entonces presidente Carlos Madrazo en 1965, o fuera de dicho partido oficial, como el movimiento de los médicos entre 1964 y 1965, el asalto al Cuartel Madera en Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965 o el movimiento estudiantil de 1968 que fue cruelmente reprimido.
La matanza del 2 de octubre de 1968 tiene varias lecturas que hoy en día vale la pena revisitarlas, y hondas consecuencias en la dinámica de nuestro país como la pérdida de cualquier huella o vestigio de legitimidad de un régimen político acostumbrado a lucrar con las banderas justicieras de la Revolución mexicana que le sirvieron para legitimarse en el poder durante décadas y por ello, esta coyuntura trágica significó un parteaguas puesto que mostró las cara más criminal, cobarde y cruenta de un régimen que cayó en una espiral de descrédito para nunca más recuperarse.
En ese contexto autoritario y triunfalista de un régimen duramente cuestionado me parece justo rememorar a un ambicioso proyecto artístico y cultural (poco conocido y valorado) que se conecta directamente con los XIX Juegos Olímpicos de 1968 de la Ciudad de México y el Comité Organizador de los mismos, que en un primer momento estuvo encabezado por el ex presidente Adolfo López Mateos y tras su grave deterioro de salud, el connotado arquitecto, Pedro Ramírez Vázquez, (por cierto, primer Rector de la Universidad Autónoma Metropolitana en 1974), lo relevó en esta importante responsabilidad al presidir al Comité y convertirse en la mente maestra de la Olimpiada Cultural que inició el 19 de enero de 1968 y culminó el 31 de diciembre de aquel fatídico año.
Sucintamente, el objetivo de la Olimpiada Cultural radicó en mostrar a la comunidad internacional un mosaico de expresiones identitarias de México en distintas ramas de las Bellas Artes; y del mismo modo se orientó en la creación y ejecución de un ambicioso Programa Cultural con diversos eventos de artistas nacionales y representantes de los países participantes en los Juegos Olímpicos, que tenía el objetivo de estrechar y fortalecer los lazos de amistad, concordia, paz, respeto y fraternidad entre todas las naciones.
En un hecho inédito, la Olimpiada Cultural de 1968 reunió a 97 países de los 113 que enviaron delegaciones de deportistas y precisamente, la noche del 19 de enero de 1968, en el Palacio de las Bellas Artes de la Ciudad de México y con la presencia del Presidente Gustavo Díaz Ordaz y sus colaboradores más cercanos, se inauguró el Programa Cultural de los XIX Juegos Olímpicos de 1968. [1]
Así el Programa Cultural comprendió 20 puntos, de los cuales el Comité Organizador participó en 17 de ellos, mientras que los tres restantes fueron patrocinados y coordinados por instituciones independientes del Comité y que a continuación enumero:
- Recepción de la juventud de México a la juventud del Mundo (10 de octubre). Se realizó en el Zócalo, de la Ciudad de México, y consistió en una serie de tablas gimnásticas de 19 mil alumnos de nivel básico.
- Misión de la Juventud (del 12 al 27 de octubre) y Reseña Cinematográfica (19 de enero a 31 de diciembre) que Incluyó la exhibición de 80 películas que exaltaron valores en los jóvenes. Asimismo, se proyectaron 689 películas de 26 países y se 4455 funciones en distintos foros.
- Campamento Olímpico de la Juventud (del 8 al 27 de octubre) en el Centro Vacacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxtepec, Morelos.
- Exposición de Obras Selectas del Arte Mundial (del 7 de octubre al 30 de noviembre) Se exhibieron 1493 obras antiguas y 489 contemporáneas, procedentes de 68 países.
- Festival Internacional de las Artes (del 19 de enero al 31 de diciembre). Contó con la participación de 93 conjuntos y solistas (compañías de ópera, orquestas sinfónicas y de cámara, dúos, solistas, ballets, conjuntos corales. de teatro y de jazz) en 1821 funciones.
- Reunión Internacional de Escultores (17 de junio al 31 de agosto). Contó con la participación de 21 escultores de 15 países, algunos elaboraron obras monumentales en la Ruta de la Amistad y en las plazas de acceso del Palacio de los Deportes, del Estadio Azteca y de la Villa Olímpica.
- Encuentro de Poetas (del 2 al 20 de octubre). En este evento poetas de 20 diferentes países aportaron poemas alusivos a los Juegos. Vinieron a México Evgeni Evtushenko, Robert Graves y Jorge Luis Morales
- Festival de Pintura Infantil (del 3 de octubre al 30 de noviembre). 65 países enviaron 909 cuadros; además, 261 niños procedentes de 47 países pintaron 140 murales expuestos en el Bosque de Chapultepec y Paseo de la Reforma.
- Festival Mundial de Folklore (del 12 al 27 de octubre). Participaron 55 grupos: 29 extranjeros, de 24 países, y 26 nacionales procedentes de 16 estados de la República.
- Ballet de los Cinco Continentes (del 19 de enero al 26 de noviembre). Se presentaron coreógrafos y bailarines de 11 países en un total de 106 representaciones (53 en la Ciudad de México y 53 en 16 estados del país).
- Exposición Internacional de Artesanías Populares (del 10 de octubre, al 30 de noviembre). En esta exposición estuvieron representados 4 países y fue visitada por más de 79 mil personas,
- Recepción del Fuego Olímpico en Teotihuacán. 11 de octubre. Congregó a 1525 danzantes y a 50 mil espectadores, en una ceremonia que recordó la renovación del Fuego Nuevo.
- Exposición de Filatelia Olímpica (del 9 de octubre al 1 de diciembre). Reunió 43 colecciones de 37 países y fue visitada por 21 mil personas.
- Exposición de Historia y Arte de los Juegos Olímpicos (del 9 de octubre al 1 de diciembre).
- Exposición sobre la Aplicación de la Energía Nuclear al Bienestar de la Humanidad (del 5 de octubre al 11 de diciembre). Participaron 10 países y un organismo internacional. Fue visitada por 28 mil personas.
- Exposición sobre el Conocimiento del Espacio (del 12 de septiembre al 30 de noviembre). Los materiales para esta exposición fueron aportados por 6 países y la visitaron 233 mil personas.
- Programa de Genética y Biología Humanas (se inició en 1967 y terminó en 1969). Se hicieron muestreos y comprendió el examen de 1245 atletas de 93 nacionalidades.
- Exposición de Espacios para el Deporte y la Cultura (del 3 de octubre al 11 de diciembre) y Encuentro de Jóvenes Arquitectos (del 7 al 10 de octubre). La exposición presentó 214 proyectos de 175 arquitectos de 39 países, y fue visitada por más de 25 mil personas. En el Encuentro de Jóvenes Arquitectos, participaron 171 profesionales de 20 países.
- La publicidad al Servicio de la Paz (del 12 al 30 de octubre). Logró la colaboración de 64 de las empresas que aceptaron sustituir sus mensajes por grafismos y frases relativas a la paz y a la fraternidad universales.
- Proyección de los Juegos de la XIX Olimpiada. Es decir, la divulgación de la “Memoria Oficial”, así como de la película “Olimpiada en México” y los cortometrajes complementarios.
De esta manera, finalizo esta colaboración para señalar que, si bien los XIX Juegos Olímpicos estarán marcados por los sucesos trágicos de 1968 en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco, resulta importante destacar a la Olimpiada Cultural como un cúmulo de eventos poco recordados y por ende valorados, pero que en su momento dicha gesta cultural fue reconocida internacionalmente debido a que el Comité Organizador realizó un magno esfuerzo al vincular el Arte y la Cultura al espacio deportivo, lo que dio como resultado una Olimpiada Cultural exitosa, con numerosos eventos y una participación muy nutrida, pero sobre todo posicionó a México en el escenario internacional sin caer en los clichés y estereotipos recurrentes del charro y la china poblana o los estruendosos mariachis bigotones, y sí como un muestrario plural identitario. ávido de dialogar con otras expresiones del arte y la cultura mundiales, como señala el historiador Ariel Rodríguez Kuri:
En la construcción de una imagen/proyecto de los juegos, la olimpiada cultural fue uno de los elementos más originales y más poderosamente identitario del 68 mexicano. La olimpiada cultural fue un mundo en sí mismo, un aleph artístico, científico y tecnológico. Pero adelanto un elemento que me parece esencial (…) en la imagen asumida y en la proyección de la cultura mexicana moderna: la olimpiada cultural no fue una hermenéutica y ni siquiera una introspección en esa cosa llamada el ser mexicano… La olimpiada cultural, con todos los usos políticos que se le atribuyan, quiso ser la puesta en escena de una enciclopedia del mundo (…) pretendió ser la representación plástica del estado del arte en la década de 1960. Hubo algo del nosotros somos; pero hubo mucho más del ellos son, ellos vienen.[2]
[1] Sobre los datos y cifras de los diversos eventos que constó el Programa de la Olimpiada Cultural de los Juegos de la XIX Olimpiada véase: Comité Organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada, La Olimpiada Cultural, México, Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, 1968-1969.
[2] Ariel Rodríguez Kuri, “Pedro Ramírez Vázquez y el proyecto olímpico”, en Nexos, México, 1° de octubre de 2013, Cf. https://cultura.nexos.com.mx/?p=4983#ftn13