por Priscila Ugalde | Dic 13, 2015 | Literatura
Con celo se resguarda el repuesto; pues jirones precipitan espontáneamente Tal cual la tela, seda; suave acogedora, cálida demandante El cariño que exige, exige el velar de toda sustancia vertida ¡Ninguna faena más boyante que estos ojos sin anime cazan! Fortuitos...