Una visión que intoxica con fascinación,

una dolosa palabra que no hace más que pervertir la razón.

Y entonces llega como resignación,

decir que no pasa nada,

que la conciencia debe estar libre y purificada.

 

La prohibición sólo provoca el deseo.

Ocultaré de la piel hacia afuera,

me esconderé detrás de una cortina de paz,

pero al mirarnos de frente,

simplemente sabremos la verdad.

 

Puedo sentirte a la distancia,

puedo saber que estás pensando en mí.

Nos iremos a dormir pensando en nosotros,

soñaremos lo que pudo ser

y después…

 

Despertaremos a nuestra vida habitual,

tan llena de realidad

y a donde sea que vayamos

miraremos atentos hacia todos lados

para volver a encontrarnos.

 

M.A.Z.