Fui capaz de detener el tiempo

con la luz de una mirada,

pude ignorar al silencio

y escuchar la madrugada

que me hablaba en sueños

y me pedía  que me quedara.

 

Entre los dedos de nadie

en la nada me perdí.

Me sorprendía por no ser cobarde,

pero al final lo comprendí.

 

Disfracé de realidad un sueño

y me hice parte de un cuento;

un personaje bastante bueno

salió de la imaginación…

 

Los besos hablaban,

de uno  en uno contaban historias en la piel,

ahora cada fragmento extraña  aquellos labios.

¿Cómo saber

si fue cierto o lo inventé?

 

Prefiero creer

que en un mundo paralelo me encontré

con el mejor de mis sueños

convertido en realidad.

M.A.Z.