Son los ecos de tu respiración,

constante agitación de pensamientos,

de sueños y deseos.

Caricias tatuadas

sobre las líneas de la piel.

 

Insensatez de pasiones prohibidas;

placeres culpables del Sol,

que adopta la Luna

y se vuelve cómplice.

 

Lo único que pasa y se desgasta son las horas,

miro el reloj cómo se burla

y  me pide minutos que no existen…

 

Cierto es que no tiene corazón

Pero palpita a cada segundo

y se va clavando, dominante,

imperceptible en la cotidianidad

como un auténtico tirano.

 

Se va asomando el sonido de mi voz

combinada con la tuya,

haciendo ecos en las sombras,

rompiendo el silencio que habita la obscuridad

y que deja a lo lejos el sonido de las manecillas del reloj.

 

Cada que cierro mis ojos,

tus manos crean imágenes,

tus labios me dicen que es verdad

que en este momento no hay tiempo,

que esto se parece a la eternidad.

 casi

M.A.Z.