Tras el cielo de tus ojos,
un abismo se escondía.
Tu sonrisa me advertía,
de un mundo que yo no conocía.
Tardé en llegar por cobardía
y el velo gris de la razón
nos ha cubierto.
Gotitas de lágrimas
han rodado y se pierden entre la lluvia.
El frío que queda
se cuela en el alma
y los suspiros quedan congelados
hasta ser activados
por esos labios que han de llegar
hasta donde se desata el fuego interno.
Miedo de que cada noche sea la última,
de que cada beso se consuma
con la respiración contenida
entre mis labios y tu lengua,
Entre tus labios se me van pedazos de alma,
de sueños dejados por los Ángeles
que pasean por aquí
y se meten a tus ojos transparentes,
que convencen a los míos de cerrarse
y atraen a mi cuerpo entero hacia ti.
M.A.Z.