Como sabemos desde hace trece años se ha organizado la Feria Internacional del libro de la Ciudad de México en el Zócalo. Es un evento que se ha arraigado como práctica cultural de los capitalinos, tanto para los que esperamos con entusiasmo la fecha de este evento o para los que sólo están al tanto de que hay otra feria aunque no participen.
Pero lo importante este año no es la feria en sí, sino el contexto de hostilidad en el que se organizó y se planea llevar a cabo. Recapitulemos los hechos: En principio las fechas iniciales eran del 11 al 20 del presente mes pero fue a causa de que se colocó un centro de acopio en apoyo a los damnificados de Ingrid y Manuel, que incluso la Secretaría de Cultura del GDF aseguró que se cancelaría el evento. No es necesario extender a detalle la conmoción de dicho anuncio, basta con mencionar el “Cerco de libros” que se estableció en el perímetro de la plancha del Zócalo a propuesta de los escritores Paco Ignacio Taibo II y Fabrizio Mejía Madrid, con la firme intención de mostrar la inconformidad en contra de la resolución establecida. Finalmente se logró el cometido: Se reasignaron las fechas de la Feria, del 16 al 26 del presente.
Vaya, diríamos que el gobierno por fin mostró algo de cordura al dejar de lado su estrategia para <<desculturizar>> a la población (si es que el término se me permite), pero no. Podremos respirar aliviados y exclamar desde lo más profundo de nuestro pecho que por fin la población –al menos del DF- ha despertado de su letargo cultural al sumarse al llamado del autor de “Las aventuras de Héctor Belascuarán” (de las que de hecho ya se había hablado en Mainstream : Las Aventuras de Héctor Belascoarán Shayne, por Paco Ignacio Taibo II) y asistir a la difusión literaria del cerco, pero tampoco. Incluso si nos invade el optimismo nacionalista hasta proclamamos que como ya ganaron las fuerzas del bien (de la Cultura), hay que promoverla y contagiarla convocando a que más gente acuda al magno evento… Pero menos todavía.
Y no es que no me alegre de esta “recuperación del espacio” para promover e impulsar la industria editorial en México, sino que me parece que antes de celebrar este “triunfo de la sociedad civil” debemos tomar algunos puntos en consideración como la eterna pugna por el espacio público, ¿quién se encuentra detrás de la organización de la tradicional Feria? Y ¿por qué ha fluido la situación como hasta ahora?
Iniciemos con la lucha por el espacio público, entendiendo por éste, de acuerdo con Patricia Ramírez Kuri, al mundo común donde se convive y se realizan prácticas sociales y rituales con el propósito de integrar a los miembros de una comunidad. Son lugares de encuentro de todos y para todos, es decir, que en contraposición con lo privado, es aquello que puede ser visto y escuchado por cada miembro de la sociedad, donde convergen intereses, usos y significados que se convierten en símbolos referentes de cohesión colectiva.
Visto desde esta perspectiva, se establece que el Zócalo Capitalino es un ESPACIO PÚBLICO, o sea, que es un punto de intercambio comunicativo donde se pone de manifiesto la multiculturalidad de nuestro país. Por ello, distintos grupos sociales lo utilizan para expresar su ideología, procesos de los que hemos sido testigos toda la vida y más últimamente. Esto va bien siempre y cuando, los grupos no choquen en fechas o intereses sobre el mismo sitio; como ha pasado justamente en estas fechas.
Pero, ¿por qué se han empalmado? O mejor planteada la cuestión, ¿qué grupos en específico son los que participan en esta disputa? Veamos, tenemos al gobierno que para evitar que los maestros de la Coordinadora retomaran la plancha del Zócalo, decidió levantar el centro de acopio que ya mencionamos; enseguida tenemos a los de la Feria del Libro que exaltaron a la población para que unida, exigiera la restitución del evento; por último y para adornar el marco, tenemos a AMLO que el día domingo 27 tiene programado un mitin con su grupo Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). El problema, como podemos notar no es el uso (porque de hecho se hace y se hará cada uno en su día) sino que la transición entre un evento y otro ha sido atropellada y violenta.
No me van a decir que no es curioso que la persona que organizó el <<cerco de libros>> sea el esposo de la coordinadora –o Directora como indica la página oficial de la Feria- de Contenidos Literarios de la Feria, no digo que sea algo que no se supiera ya, sólo resalto el trabajo en equipo de los representantes de la “Alta cultura” de nuestro país. De igual forma cabe destacar que la Sra. Paloma Saiz Tejero es la promotora y encargada exclusiva de este proyecto anual.
He dicho que han sido actos violentos pues aunque el <<cerco literario>> se haya organizado para la apropiación del espacio y dar paso a la Feria del Libro, el hecho de entregar – regalar- cultura al cuerpo policiaco que ahí se encontraba, no es más que un acto de violencia simbólica pasiva, pues se asume que los pertenecientes a este grupo no se encuentran “al nivel” –académico, cultural, etc, etc.- de aquéllos que tan generosamente les otorgan una ventana hacia el conocimiento. Creo que con este tipo de acciones lejos de inspirarles el deseo por la literatura, es cavar aún más hondo el resentimiento entre este grupo y el de “los ilustrados” pues es importante recordar que la decisión de unirse a la fuerza policiaca, en muchas ocasiones, es por factores económicos y de inaccesibilidad a la vida académica.
Ahora bien, y viendo hacia otro aspecto, sabiendo que ambos personajes son miembros activos en MORENA, salta a la vista la no tan sutil petición de la coordinadora Paloma Saiz hacia los editores para que se acortara dos días el tiempo de la Feria para dar lugar al evento del ex candidato presidencial pues según expuso: “si nosotros hemos podido recuperar el espacio para una feria, yo creo que también tenemos que ser lo suficientemente sensibles para decir hay otro tipo de expresiones en los cuales también podemos convivir”. Si hemos de ser sensibles, hemos de serlo para cada propuesta y precisamente, respetar el tiempo y el espacio de cada una.
Evidentemente esta propuesta no fue tomada con buenos ojos por la comunidad de editores, ya que significaría renunciar al segundo fin de semana de la Feria donde por estadística, y lógica, asiste mayor número de personas. Igualmente parece irrisorio que después de la victoria contra el opresor Gobierno Federal, ensayos generales, adecuación y acondicionamiento del espacio, pruebas de luz, montaje de escenografía y stands, etc, etc, etc; se pretenda desmontar la FIL para dar lugar a otra movilización.
Creo que la afiliación partidista o ideológica con algún grupo, no debe interferir con los proyectos ya establecidos y que involucren o perjudiquen a otros tantos, pues si bien es verdad que ambos proyectos son válidos (la FIL y el mitin) y que –en palabras de la directora- “el Zócalo es un espacio de todos”, también hay que resaltar que precisamente, al ser un espacio PÚBLICO resulta fundamental establecer y respetar los periodos de tiempo que se requieren para cada evento y por lo tanto, estar conscientes de que existen imponderables que obligan a que esa calendarización se recorra. De lo contrario incluso podría darnos la impresión de que la lucha por la que la Feria fuera llevada a cabo, no era más que la preparación del terreno para la manifestación del grupo MORENA.
En fin, aún hay varios tópicos sobre los cuáles trabajar pero se los dejo de tarea. Yo por mi parte me voy a la Feria a ver qué consigo con mis dos pesos que según Chava Flores, me deben alcanzar para varias cosas…