Estoy tentando a mi interior,
le acaricio los dedos a la incertidumbre,
quiero dejar de dar explicación
a cada segundo que en mi vida sucede.
Torpe, dejándome llevar por la imaginación
intento dar a cada hecho un significado.
Contemplo escenarios catastróficos
y justifico con ellos todo lo que no he realizado.
Se llama “miedo”
y da tanto temor que cuesta aceptar
que se asoma y es la sombra fatal
que está siempre detrás.
Es la herida sin sanar
que duele para recordar,
cuando todo marcha bien,
cuando no debería ir mal.
Podría perderme en la obscuridad de la mentira,
volverme amante de la insatisfacción,
buscando más,
sin saciedad.
Ahora que no me enfrento
a nadie más que a mí,
que me doy cuenta que no hay nadie más
contra quien luchar…
No puedo cerrar los ojos,
cerrar el alma e irme a dormir.
Este insomnio debe valer la pena.
Es tiempo de ver al miedo morir.
M.A.Z.