Tus ojos se parecen a los de un gato;
brillantes, transparentes y delatores,
de pupilas que se dilatan si me acerco
y acaricio tu oreja con mis labios.
Tu sonrisa es un misterio,
tu mirada es un enigma
y ambos la locura que en mi mente habita.
Te acercas y dejas tu aroma
que me invita a tocarte,
que me abre tu puerta
y entro sin querer entrar
y te quiero sin querer quererte.
Es preciso dejar que lo que grita mi mente salga ya.
Tienes mirada de gato,
tus pupilas dilatadas me intimidan desde lejos,
poco a poco te acercas, me acechas
y me haces temblar…
M.A.Z.