Era un triste más,

uno de tantos segundos en el instante.

Era un viajero de la luna,

el grito callado guardado en el estante

de la soledad.

 

Encadenados en su ático

tiene fracasos y problemas sin resolver.

Tiene que visitarlos de vez en cuando

para calmarlos cuando por un agujero

asoman su nariz.

 

Dicen que la mirada se le perdió

de tanto asomarse a su ventana

y querer ver regresar por el umbral

a la mujer que nunca volvió.

 

Le verás por ahí con su barba larga,

es el hombre de la sombra larga.

Se le escucha pronunciar palabras

que sólo para él tienen sentido.

 

El hombre triste

se guarda un trapo viejo en su saco,

se asoma dentro de su sombrero 

y se va con su sombra, caminando con la vida.

 

MAZ