Desde hace un par de semanas se puede ver, en algunas salas del sur de la ciudad de México, la ópera prima de Claudia Sainte-Luce (hasta entonces había estado haciendo capítulos para series de televisión como Capadocia), Los insólitos peces gato. El film ha sido selección oficial de muchos e importantes festivales y ha ganado premios dentro de algunos otros, como el de Toronto, la Habana o Mar de Plata.
La película nos cuenta la historia de Claudia, una demostradora de súper mercado que parece no tener familia, quien tras sufrir apendicitis va a parar a un hospital donde conoce a Martha, una madre que fue contagiada de SIDA por su último esposo. Ambas simpatizan a la brevedad y cada una deja ver lo que piensa de la vida, mientras una muere, y de la muerte mientras la otra vive; siendo así, la vida se convierte en una fiesta y la muerte es una despedida y no algo fatal y doloroso.
Cuando Claudia sale del hospital y se dispone a ir a “casa” se encuentra con Martha, que también fue dada de alta, y la invita a su casa en donde se desarrolla la historia. La familia no pone resistencia del todo con la llegada de Claudia debido a que ella va generando lazos de fraternidad con los hijos de Martha, ésta tiene tres hijas Alejandra, Wendy y Mariana y un hijo Armando, a quienes los trata con amor y asume el papel de madre, amiga y confidente. Los cuatro hijos muestran mucha fortaleza y serenidad pese a la enfermedad de su madre poniendo en otro contexto la relación que la cultura occidental tiene con la muerte. Los cuidados especiales que necesita la madre, los quehaceres de la casa, pagar las cuentas, convivir y hacer sentir bien a la familia son algunas de las actividades que realiza Claudia tratando de tomar el papel de un miembro más de la familia
Las diferentes situaciones por las que pasa la familia y Claudia parecieran ser aburridas y tradicionales, sin nada de extraordinario, pero cuando uno avanza en la trama se puede percibir que cada una de esas circunstancias forman parte de un rompecabezas que muchos llaman enseñanzas de vida.
Obviamente, la película tiene muchas aristas de las cuales podemos hablar, sin embargo, dejamos que vivan la experiencia que ésta, sin duda, tendrá que ofrecerles. Con falta de ritmo y sin dibujar muy bien los personajes pero con un aire que invita a la reflexión sin manipular los sentimientos, Los insólitos peces gato, es una película que hay que ver.