Jorge Alberto Rivero Mora
Es mentira que más de cien mentiras no digan la verdad
Joaquín Sabina
Hoy en día que se olvida que el futbol debe verse como un divertimento para disfrutar y no padecer y que reina cierta tristeza y malestar colectivos por la “injusta” derrota de la selección nacional contra su similar de Holanda (aunque nadie comente el penalti gigantesco al satanizado Arjen Robben al final del primer tiempo), la frase “No era penal” se convirtió en el grito de guerra de miles de mexicanos y un lamento que se interioriza con un sinfín de memes, reclamos y canciones catárticas (Pinches holandeses); exactamente ese mismo día aciago de nuestra maltrecha historia pambolera, se cumplieron 41 años de la muerte del genial Germán Valdés Tin Tan.
Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo Tin Tan –uno de los grandes íconos culturales de México– hizo del humor y relajo una actitud de vida muy necesaria para hacer frente a realidades más dolorosas y adversas que se dan en nuestro país (más desoladoras que un simple resultado deportivo), por ejemplo: el injusto encarcelamiento y la vejación de los derechos humanos del Dr. José Manuel Mireles, o la aprobación de nocivas leyes secundarias en telecomunicaciones.
De esta manera y con motivo del 41 aniversario luctuoso de Tin Tan, personaje que fue mi objeto de análisis de mis estudios de Doctorado[1] recuerdo que varios compañeros y amigos me hacían una pregunta interesante: ¿Es verdadera la anécdota que difundió en su momento Jordi Soler (escritor, diplomático y reconocido locutor de la añorada estación Rock 101) acerca que el beatle Ringo Starr, en 1967, le pidió a Tin Tan una fotografía suya para incluirla en la célebre portada del disco Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band? En dicha narración, Soler agrega que Valdés agradeció la distinción pero que en un acto de modestia extraordinario, no mandó su fotografía sino que envió un elemento más afín a la mexicanidad: un árbol de la vida de Metepec (que al final se sustituyó por un candelabro).[2]
Si bien existen elementos que resultan verosímiles no pude dar como verídica la versión de Soler. Con esta respuesta, recuerdo que mis amigos tintanófolos se quedaron un tanto apesadumbrados, ya que había personas cuya antipatía a Tin Tan (y fanatismo por los Beatles), de modo soberbio desechaban de tajo esta historia, por considerar una figura muy menor a Tin Tan comparado con el cuarteto inglés.
Precisamente en aquel momento, en el doctorado debatíamos un tema muy relevante de las ciencias sociales en general: la relación entre verdad y verosimilitud en el espacio historiográfico, es decir, cómo se confrontan el deseo de alcanzar la verdad histórica a la usanza positivista como un tesoro documental y/o testimonial, y cómo hoy en día desde el discurso de la posmodernidad (en el que las fronteras entre los saberes se difuminan y en el que las verdades se cuestionan) el concepto de verosimilitud cobra mayor importancia que la verdad misma porque ésta es más escurridiza y debatible que alcanzable.
Recuerdo que desde mi intencionalidad y para contrarrestar los ataques a Tin Tan, me dediqué a encontrar sustentos de verosimilitud –aunque no de verdad– el acercamiento de Ringo Starr con el cómico mexicano. Así, a partir de la idea que no hay verdades absolutas me apoyé en las ideas de Anthony Grafton (quién analizó las notas a pie de página para explicar cómo el autor de un texto puede dar sustento sus juicios subjetiva y arbitrariamente para dar su interpretación de la realidad).[3]
Mis argumentos para dotar de cierta validez la anécdota fueron los siguientes:
- Aunque lo ideal es que existiera la grabación de la conversación de Tin Tan con Ringo Starr o el testimonio de éste, la versión de Soler, ésta puede ser verosímil si tomamos en cuenta que el autor de la portada del Sargent Pepper’s,fue Peter Blake, quien desde el Pop Art (que causaba furor con Andy Warhol), reunió a una serie de destacadas y polémicas figuras como si éstas acabaran de asistir a un concierto de los Beatles y Tin Tan podría apegarse muy bien a esta características de ícono pop.[4]
- Si bien es cierto que muchas personas creen imposible la invitación de Starr al cómico porque estaba en su etapa de decadencia fílmica, esta aseveración se puede caer ya que a varias de las figuras del disco se les incluyó por su impacto y no por la popularidad que tuvieran en 1967. Por ello, si bien la concepción de la portada estuvo en función de la lista de personajes que cada Beatle quiso incluir[5], también lo fue el estilo Pop que Blake le imprimió al disco, por lo que no sería raro que viesen en Tin Tan a un ícono popular muy redituable en términos económicos del mercado latino.
- Aunque varios descalifican el vínculo de los Beatles con México, lo cierto es que es real en distintas facetas y momentos. Algunos ejemplos: una versión malona de la canción mexicana Bésame mucho de Consuelo Velázquez; las visitas a México de Ringo Starr y la rola que éste compuso al hotel Las Brisas de Acapulco; la filmación de la película El cavernícola (1981) estelarizada por Starr y rodada en Durango; el matrimonio de George Harrison con la mexicana Olivia Arias (quien en el año 2000, salvó a su célebre marido de ser asesinado por un demente); o los conciertos de McCartney y Starr en México.[6] .
- Por último existe un dato no muy conocido que aporta mayor sustento a esta historia: en aquellos años Tin Tan (quien gustaba mucho de la música de los Beatles) compuso y grabó la simpática rola Quiero rascarme aquí que fue la adaptación de la célebre I want to hold your hand. No resultaría raro que Starr escuchara esa versión tintanesca y en agradecimiento quisiera incluir la fotografía de Tin Tan en la portada. Así que desde Londres Ringo hizo la invitación vía telefónica que Germán Valdés declinó.
Así, sin poder comprobar si la historia tintanesca es verdadera, sirva este breve ejercicio para hallar numerosos elementos de verosimilitud en la misma. En este sentido, hace tiempo en una entrevista radial el musicólogo Jaime Almeida mencionó algo propio de la construcción de un mito y, palabras más palabras menos, aseveró: “No nos consta que esta invitación a Tin Tan haya sido real, pero hay que seguir alentando ese mito porque de ser cierto sería muy bonito”.
Sobre este punto, la historia no se basa en complacencias ni debe adornarse para que ésta luzca “bonita o estética” como señaló Almeida, pero lo cierto es que un mito como el que se construyó en torno a Tin Tan con uno de los fenómenos musicales más perdurables como los Beatles, convierten al actor mexicano en una figura con una gran resonancia histórica y este rasgo ya es muy valorable.
En el siguiente link se puede escuchar la parodia tintanesca de la rola antes citada
[1] Jorge A. Rivero, Wachando a Tin Tan. Análisis historiográfico de un personaje fílmico, México, Tesis de Doctorado en Historiografía, UAM-Azcapotzalco, 2012.
[2] Jordi Soler “La presencia secreta de Tin Tan” en La Jornada, México, 26 de julio de 1997.
[3] Anthony, Grafton, Los orígenes trágicos de la erudición. Breve tratado sobre la nota al pie de página, Buenos Aires, FCE, 1999.
[4] Véase David Enrique, “La Portada eterna”, en El País, Madrid, 31 de marzo de 2007.
[5] Cada uno de los Beatles realizó una lista con sus celebridades preferidas. La lista de George Harrison estaba compuesta sólo por gurúes indios; la de John Lennon incluía al Marqués de Sade, Oscar Wilde, Lewis Carroll y Hitler (que fue retirado de la escena poco antes de tomarse la fotografía final); Paul McCartney sugirió a William Burroughs y a Fred Astaire, mientras que Ringo Starr aseguró que aceptaría lo que eligieran los demás… Al final, sacaron de la portada original a Mahatma Gandhi (por censura de la disquera); a Adolfo Hitler (por obvias razones); a Elvis Presley (quizás por problemas entre disqueras) y a Jesucristo (para no ahondar a la polémica declaración de John Lennon en torno a que eran más famosos). Ibid.
[6] Jordi Soler, “George Harrison: el escarabajo silencioso”, en Letras Libres, México, enero de 2002.