Debe haber un lugar,

a donde vayan todas las palabras

que se dicen con amor

y que sólo pueden ser confesadas al viento.

Debe haber un sitio

para todas esas ideas de amor incondicional,

a donde vayan todas esas frases perfectas

que se quedan ahogadas en la garganta.

¿A donde se van todos esos pensamientos,

sentimientos indeseados, imposibles o incorrectos,

perfumados por lo que no puede ser?

El otro día te vi caminar

y noté que bajo la lluvia

tus ojos llovían también.

Quizá la lluvia se llevó tu dolor,

tal vez con el viento se mimetizó,

para atrapar tu sentir, y llevarlo

donde deben ir los sentimientos incautos.

Debe haber un lugar1

M.A.Z.