Las expectativas no llegaron,
las investigaciones no fueron necesarias,
yo te vi y no tuve dudas.
Como si nunca me hubieran roto
este corazón de barro.
No lo sabes, pero porto un corazón rehabilitado,
te presumo que está como nuevo,
disfrutando del día a día,
de las noches en serena oscuridad
y disfrutando de su soledad,
esa soledad tan dulce, tan exquisita,
tan… como si no le hubiesen mentido nunca.
Te encuentro entonces,
tan desconocido y tan reconocible a la vez,
tan distinto a todos, pero como todos iguales;
con su canasta de emociones que no regalan a nadie.
Te salen de los ojos miradas inquebrantables,
me observas descaradamente,
irrumpes en mi espacio, y yo…
tan nerviosa como si nunca me hubiesen mirado.
Mis labios nerviosos torpemente decantaron besos,
como si nunca me hubiese dedicado a alguien.
Mi mente vacía de recuerdos,
tan llena de ese momento,
gozando que no te dieras cuenta
de que me estaba dejando robar sentimientos.
M.A.Z.