Obra maestra de estilo victoriano, escrita por Gustave Flaubert, nacido en Ruan, Alta Normandía en 1821. Muere en Baja Normandía en 1880; hoy es considerado uno de los más grandes escritores de la Literatura universal. Su novela, Madame Bovary, la que hoy comento, fue publicada en el año de 1856.

La obra nos habla sobre la vida de una mujer llamada Emma, quien tuvo una educación de «señorita» en un convento de monjas; acostumbrada a la lectura de novelas rosas, aventuras de caballeros y romances de cuento. Nuestra querida Emma, un día conoce a un doctor, médico pueblerino, no muy ambicioso y un poco apegado a su madre; Charles Bovary, un hombre tosco, burdo, conformista, pero de buen corazón. Emma y Charles se casan, y ella, lo que más desea en su vida, es vivir una pasión como las que estaba acostumbrada a leer, además, deseaba una vida de riquezas, de alta sociedad, con un hombre que le quemara la carne con pasión desbordada; que la hiciera una verdadera y gran señora organizando tertulias y cenas con música, bailes… sin embargo, la realidad de su vida es muy distinta, Charles no es ni cercanamente el hombre de sus literaturas. Emma, triste por la monotonía, aburrida, cansada de ese amor plano y soso, se deja llevar por sus ensueños y se ve enredada en amoríos que en un principio la hacen vibrar, hasta que se da cuenta que la realidad no es como ella desea. Su vida se hace cada vez más miserable y la trama de Flaubert, nos va llevando hacia la tragedia.

madame[1]Al leer Madame Bovary por segunda ocasión, me pregunto cuántas mujeres y hombres, no hemos tenido esa sensación de vacío, esa sensación de querer una realidad diferente a la que vivimos; me pregunto si Emma debió buscar la pasión pese a todo, o si hubiese sido mejor dejar morir sus sueños románticos y de cambio, y conformarse con su matrimonio y su hija. La vida de Madame Bovary ha sido punto de discusión en cuanto a si ella era una mujer tonta, que soñaba demasiado y que estaba embriagada de las historias rosas que quería llevar a la realidad. Yo considero, que su personaje fue el de una mujer poco entendida, una mujer que se arriesgó y que más bien cayó en manos de hombres mediocres, recordemos que ella fue creada por Flaubert en el siglo XIX, y la situación de la mujer debía ser «muy decorosa», casi sin libertades y limitada al hogar, a la familia, a los hijos y nada más. Pero Emma, gustaba de las artes, de la música, de la pintura, de las charlas literarias, de escuchar aventuras y noticias de otros lugares distintos al pueblo en el que se encontraba, tenía sueños y ambiciones; tantas, que cuando nace su hija, siente decepción, porque sabe que así como ella, estará marcado su destino por las reglas sociales, y que si hubiera tenido un varón, podría él, gozar de libertad y hacer y vivir lo que quisiera. Madame Bovary, pienso, buscaba ser ella misma, pero la vida que llevó durante su matrimonio con Charles, —que aunque la quería de verdad, no se daba cuenta de la mujer que tenía a su lado— y las situaciones que estaba en cierto modo obligada a vivir por su sociedad, la fueron llevando al vacío personal, al desengaño y a un desenlace fatal.

Gustave Flaubert definitivamente sigue siendo uno de mis autores favoritos.