Se tambalea constantemente la tierra, se mira borrosa la vida, gira en la cabeza, un flashback repentino, “me” parece ver a aquella niña de hace algunos años atrás. Al principio era espontaneo el mareo, ahora simplemente es absorbente, cuan seno profundo interviene galácticamente. Explicar cómo comenzó todo se ha vuelto todo un reto, quizás es aún parte de la obstinada negación. Aquel reflejo avergonzado, tímido y retraído, cuan señas corporales “me” acusan. El cuerpo que paulatinamente se esculpe, el que se amolda de acuerdo a la  ornamenta, disfrazarle a diario es un fastidio, nada le queda ¿o sí? , place a los “otros”; pero jamás a “mí”, este cuerpo que a su vez se torna flácido, pues sebos tensaban estas pieles, todas “sabias”. Jamás lisonjero, jamás concluyente, siempre hambriento, siempre sediento.

Intravenosa, sustituye “mi” rechazo

Suplemento (s), nutren “mi” cuerpo

Pastilla (s), soluciona (n) “mi” obscuridad

Taquicardias muchas

Alucinaciones otras pocas; en realidad constantes

Carnes vuelan, carnes succionadas.

El mundo pulsivo, abyección del mismo, nausea inevitable ¡BOOM-BANG-THRASH! Se precipita la arcada. Dedos gordos tocando la campana, finalmente, se glorifica el alma, pues alguien apechuga la culpa mientras el resto en realidad lo ignora; excusado atiborrado de las mil escusas, profundo, repugnante; éste cuanta ansiedad resguarda, filtra todo desasosiego en cada uno de los desagües. Al otro lado, flotando, donde la nada es todo. Molestias, fastidios e intolerancia; la perfección del cuatro por cuatro, acogido por la cama, vencido por el sueño, visiones muchas y todas “mías” ¿Hasta dónde la abstracción (“me”) acoge? Les “soy” real, “me” soy casi impalpable. Agotadoras expulsiones, extenuantes reyertas, abrumador el arribo de aquella hora, de aquel y cada uno de los episodios.

Cumplidos, halagos y observaciones

Orgullo, brillo y aceptación

Admiración, suposición y esa, sé, no “soy yo”.

Es “ella”, “soy yo”, el origen de todo rechazo, el reflejo de “sus” actos, la consecuencia que le abochorna, el reverberamiento de sus años mozos; toda tirria por cuanto rehúso impongo, tal cual el vertebrado acuático navegando contra marea. Realidad, paulatino paso que “me” vislumbra a lo lejos; óbito ser, súbito no voluntario, consciente del menoscabo, probable y futuro abnegado de cada acto, el justo picor de la inquietud.

Natural, fue, mamar de aquella teta

Calostro nutritivo

Vínculo directo.

Hube confesado

Hube exclamado.

El delirio que de punta a punta juguetea

El vaivén entre la negación y aceptación.

Esa eras “tú”

Esa es “ella”

Es “aquella”

Lo son “todas”

Quizá… Soy “yo”.

P.A.U.