Tú has de ser mi amante perfecto,
ese que me bese la vida con un silencio;
que me guarde en sus brazos
cuando mis soles sean árticas lunas.
Tú debes ser dador de amor
libre y sin condiciones
que me haga a sí
y me enseñe sus mil maneras -exclusivas- de amar
que me reserve su secreto más sincero
y retenga el deseo de mayor anhelo.
Tú eres un amor arrebatado,
de esos que convulsionan el alma
y erosionan la piel.
Déjame entonces, ser sirena en tus mares
la única que robe tu atención con su canto.
La que retenga la vigilia de tus noches.
Permite que sea Strega
que encante tus rencores
y envilezca tus pasiones.
La única a la que nombres
a inconsciencia pero también a voluntad.
¿Por qué no hemos de ser artistas en la nieve?
Como aquellos locos
que forjaron el mundo con sus manos.
Como conquistadores
que seducen tierra virgen.
Tú tienes el derecho sobre mis pensamientos,
dominio sobre mi juicio
turbas mis sentidos
y robas la razón.
Otórgame tiempo para comerte el corazón
en un acto de justicia caníbal
de amor infinito;
mutemos a antropófagos voraces
con habilidades que solo poseen los amantes.