Cosificación inconsciente, éste no discierne así es como todo se justifica, “rostro oculto”, jamás imaginado, alguna vez tocado, he ahí donde la perdida anida “de mi ser o del Ser mismo”. Elemento bicéfalo de donde corre el aquí y el allá; allá donde una gragea todo lo equilibra y aquí donde la nada lo sabotea. Repentino estupor, tanto como el efecto se diluye hasta que la sustancia le sustituye. La consolidación de la acción, anticipa una reacción, esa que se somete a sensación, de ello el “bien”, de ello el “mal”, insospechado tanto como el contexto en el proceso interviene y el resultado sin más fluye: sal que en el cuerpo se diluye; dulce que al Ser embellece, va exógeno y viene endógeno, como también todo ello al revés manifiesta de sí lo que es, se es, les es.

El holístico intrínseco,

el discurso implícito,

el objeto consumido.

Lo parcelario: la noción dispersa,

el explícito: la contradicción,

el sujeto: la dualidad de “eso”.

La contradicción se emplea en boca con fuego, en mente con ambición, -tiránica tradición-, tanto como inerte ando, tanto como producto voy, tanto como al mercado de mí todo doy, ofrezco, y sí, soy “algo” fresco. Se amputa que se diluye cada operación, -psicótica situación-, de nadie soy: de mí la nada, de mí esa porción por doquier, de ello el resto es ajeno, no poseso. La esencia es lo que sí soy; integro como la pasión del todo en cuestión, a sujeto la sensación y es la plena satisfacción.

Proyección: interior, exterior, ¿qué soy, quién soy? El justo paso manifiesto, donde soy y no soy, ajuste del sujeto de pronto objeto, he ahí la antítesis, como también lo posibilidad del Ser y no Ser, pese a la reyerta: ¿si lo que soy es realmente quien soy, quién suelo ser? Canibalismo a la vista, donde el fundamento se difumina y la competencia rebosa, embrolla, de ahí la náusea y el uso práctico, arcaico estilo que como hilo teje la visión como la sustantividad de un sinfín de supuestos. En la superficie cuanto veo; en lo hondo, cuanto siento y eso, eso es aún más cierto.

Celeridad en la expulsión,

repulsión y es la endógena abyección,

negación, disimulo de la desazón,

catatonia y es dispersión,

interdicto y es la pronta sentencia.

Si de ello, el efecto en los músculos anida, el óbito del Ser a pie habrá de andar, mecánico, ajeno, sin mí, sin el todo y la nada a su vez; justo con el alma opaca, gris; previa la paulatina hemorragia del anima, la expulsión, la carencia y la naturaleza seca.

Perpetuidad del vacío hallarás

y esa,

esa no soy yo,

de mí aún la tierra,

de mí aún: sujeto;

asimismo viceversa.

P. A. U.